sábado, 9 de enero de 2010

Pongamos que hablo de Madrid...


Fui bendecida con el don de la diarrea verbal... De decir lo menos oportuno en el peor momento... Aún así pienso cientocincuenta veces las cosas y a pesar de ello no aprendo..

En Madrid estoy de paso, no sé por cuánto tiempo. Sé que estaré aquí una temporada y me asusta el hecho de que los problemas que vinieron conmigo de polizones a mis espaldas hace meses, no desaparezcan.

No puedo decir que mi andanza madrileña vaya mal. Tengo trabajo, un círculo y ganas de seguir aqui una buena temporada. Sin embargo se echan tanto de menos algunas cosas que duele, y ese estrés mental no la abandona a una por mucho empeño que le ponga.

A pesar de tomar decisiones sobre futuras actividades, sobre lo que TENGO que hacer cuanto antes, sobre cuánto puede cambiar las cosas esto o aquello.. A pesar de creer tenerlo todo calculado, siempre hay algo que se sale por la tangente y rompe por el centro la ecuación.

Después de unos meses aquí puedo decir que Madrid es una cuidad fantasma donde todo el mundo tiene cabida. Donde todo es posible, y todos los sueños tienen oportunidad.
El caso es: ¿cuánto tiempo tiene que pasar hasta que se cumplen?

En mi caso el primero de todos se ha cumplido, y con creces. Se ha cumplido de veras. Aún me parece increíble que esté donde estoy, por mucho que me cueste conseguirlo estoy dispuesta.

El segundo de mis sueños ahi sigue, divagando a diario entre ideas dispersas... Nunca sé si mi oportunidad está a la vuelta de la esquina, si mi idea de lo que quiero se hará realidad o simplemente mi sueño morirá dormido en la planta de sueños crónicos sin solución. Aquí en Madrid debe haber bastantes..

No sé, estoy confusa respecto a esto. No obstante, y a pesar de todas las dudas que me acarree, de momento merece la pena estar aqui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario